"Estamos emocionados por el reconocimiento a un restaurante atípico. Somos una arrocería que también da una vuelta por las cocinas de todas las Españas, con productos genuinos y universales. Sin matar la cocina de mi abuela, intento ser un cocinero de mi tiempo", dijo para ese diario Herraiz, quien mantiene el establecimiento desde hace 11 años.
"Mi especialidad, mi hiperespecialidad", matiza, "son los arroces, aunque mientras la gente espera les sirvo las tapas". Sus tapas tienen como protagonista el jamón, donde "una vitrina guarda una pata como si fuera una obra de arte del Louvre", Herraiz sirve muchas otras especialidades como el gazpacho, de cuyo plato publicó en el año 2006 un libro. Ahora prepara con su mujer otra nueva publicación, sobre tapas y paellas.
Los chefs Juan Amador, que cuenta con dos en su restaurante en Francfort. Y Carme Ruscalleda, que tiene dos en el Sant Pau de Tokio más las tres del Sant Pau catalán, lo que la convierten en la única cocinera del mundo con cinco estrellas Michelin.
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