Aprender profundamente de vinos es una ciencia que nunca termina de aprenderse, para conocer hay que estudiar, probar y seguir probando. En esa línea, la semana que pasó tuvimos la extraordinaria experiencia de dedicar 5 tardes enteras al Curso de Degustación de Vinos del INTA, convocado por primera vez en Venezuela y el cual estuvo impecablemente organizado por la Embajada de Argentina en Venezuela, el INTA y la experta en la materia Waleska Scumacher.
Sin que nos quede nada por dentro, fue un curso muy profesional llevado por los encantadores docentes mendocinos Carlos Catania y Silvia Avagnina, quienes además de los conceptos técnicos propios de un curso profesional, nos transmitieron su sincero amor y respeto por esta bebida con tanta historia, producto "de la vid y del trabajo del hombre", tal como reza el Evangelio.
El grupo de participantes fue totalmente variopinto y multidisciplinario, conformado por enólogos, somelliers, periodistas de la fuente, importadores, arquitectos, gerentes de marcas de vinos, cocineros, restauradores, médicos, empresarios, arquitectos, abogados, diplomáticos, diseñadores y curiosos, pero todos con el amor común por el vino, un alimento que nos funde a todos en su pasión.
Con excelentes vinos, tanto argentinos como de las distintas regiones vitivinicultoras del mundo, traídas por las principales casas importadoras instaladas en Venezuela, y una degustación de abrebocas de Ana Teresa Sanz y Atar, fuimos afinando todos nuestros sentidos para conocer más de sus componentes químicos, aromas y el gusto de las diferentes variedades y maneras de producción y envejecimiento de los caldos
Creemos que debe repetirse año a año esta experiencia, y estamos seguros que irá cada vez sumando más adeptos, fanáticos y profesionales en la compleja disciplina de degustación de esta bebida. Felicitamos de nuevo a la Embajada de Argentina en Venezuela, a Waleska Scumacher, a Héctor Soucy, a la somellier Maya García, a la Escuela Collectania, a Ana Teresa Sanz, a Gabriela Machado (quien recientemente asumió los fogones de Atar) y a todos los participantes. Y en especial, queremos saludar y manifestarle nuestro respeto y amistad a los profesores Carlos Catania y Silvia Avagnina, sepan que aquí en Venezuela tienen su segunda casa. Hicimos un excelente equipo que debe seguir reuniéndose y compartiendo las experiencias de tan positivos encuentros.
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