La comida japonesa se masificó en todo el mundo en los años 90. Los sanos ingredientes que la componen la convirtieron en la opción ideal para estos tiempos en que la gente trata de cuidar más su figura. Caracas y las demás ciudades importantes de Venezuela no han sido la excepción de esa tendencia. Desde sofisticadas propuestas hasta conceptos más sencillos en ferias de comida, se ha convertido en una de las comidas preferidas por los venezolanos, especialmente entre la juventud.
Algo que siempre nos llama la atención al observar el consumo de vinos en los restaurantes japoneses de Caracas, es que la gente sigue ordenando vinos tintos para acompañar el sushi. No es que digamos que está mal, pero unos sabores tan delicados como los mariscos y pescados se armonizan mejor con vinos blancos frescos o al más puro estilo tradicional japonés, con sake, bebida alcohólica de arroz.
Y precisamente para ese mercado, recientemente llegó a Venezuela un producto estrictamente diseñado para acompañar el sushi, se trata de "Oroya". Este vino se produce con las variedades Torrontés y Pinot Noir, que hacen una interesante mezcla de blanc de blanc y blanc de noir. Lo afrutado de la primera cepa y la firmeza de la segunda, equilibran bien lo dulce y ácido para que la grasa de los pescados se fundan armoniozamente sin opocar los delicados sabores del sushi con el picante que aporta el wasabi.
Es un vino argentino hecho por la casa española Freixenet y lo trae a Venezuela Francisco Dorta. Muy pronto lo estaremos probando, ya les contaremos...
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