Entre las atracciones más destacadas del SIG de este año, está la participación del chef británico Heston Blumenthal. Comandante del Fat Duck, segundo mejor restaurante según la lista S. Pellegrino, con tres estrellas Michelin, se planta en el plato como uno de los representantes más sonantes y cantantes de la cocina de vanguardia. Sus fórmulas culinarias dan de qué hablar desde que se metió de cabeza, y de forma autodidacta, en el mundo culinario. En su oficio no ha hecho más que experimentar, incansablemente, hasta dar con lo perfecto. No en balde su aclamado programa de televisión en la BBC de Londres, como sus últimas publicaciones, aducen al título “search of perfection”.
Un concierto de sensaciones y emociones es lo que ejecuta en su restaurante en Bray. Obsesionado por el tema de la percepción humana, sus investigaciones se dedican en entenderla como fenómeno multisensorial y a crear, a la sazón de los descubrimientos, platos que sorprendan a los comensales. Más que a comer, invita, desde su fogón convertido en laboratorio, a divertir. Sus fórmulas “máginas” se nutren de los intercambios que entabla con profesionales de distintas disciplinas: bioquímicos, químicos, psicólogos, y hasta Djs. Para muestra un plato: en su interés por reivindicar el mancillado repertorio tradicional inglés, entró en contacto con historiadores y se inspiró en el libro “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, para reinventar el Mock Turtle Soup. Su versión hace una falsa sopa de tortuga, elaborada con un caldo obtenido de un extracto de carne “home made”, envuelto en una fina lámina de oro que, antes de deshacerse toma forma de moneda, por solo explicar, o intentar explicar, una parte de esta creación, lograda tras dos años de prueba, que le cuesta, a quien lo pida, 226 libras.
Excentricidades como Sound of the sea, están a la orden del día, una creación a base de comida marina que se acompaña con arena traída de Los Roques y hasta viene con el sonido de unas olas rompiendo contra la orilla del mar, gracias a un ipod que llega a la mesa en una concha marina. El helado de tocineta, o el sorbete bañado con whisky que se flamea sin derretirse, son parte de las transubstanciaciones que logra el alquimista. Con sus papilas y curiosidad abiertas, vendrá a Venezuela, para comérsela, durante la ponencia que tendrá como invitado al Salón Internacional de Gastronomía, a realizarse del 5 al 8 de noviembre en el CIEC de la Universidad Metropolitana. Con chasquear los dedos se hará la magia en la ponencia prevista para el jueves 5 de noviembre, en el Salón Gran Cocina. Las entradas están ya a la venta desde la página web www.sig2009.com
Un concierto de sensaciones y emociones es lo que ejecuta en su restaurante en Bray. Obsesionado por el tema de la percepción humana, sus investigaciones se dedican en entenderla como fenómeno multisensorial y a crear, a la sazón de los descubrimientos, platos que sorprendan a los comensales. Más que a comer, invita, desde su fogón convertido en laboratorio, a divertir. Sus fórmulas “máginas” se nutren de los intercambios que entabla con profesionales de distintas disciplinas: bioquímicos, químicos, psicólogos, y hasta Djs. Para muestra un plato: en su interés por reivindicar el mancillado repertorio tradicional inglés, entró en contacto con historiadores y se inspiró en el libro “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, para reinventar el Mock Turtle Soup. Su versión hace una falsa sopa de tortuga, elaborada con un caldo obtenido de un extracto de carne “home made”, envuelto en una fina lámina de oro que, antes de deshacerse toma forma de moneda, por solo explicar, o intentar explicar, una parte de esta creación, lograda tras dos años de prueba, que le cuesta, a quien lo pida, 226 libras.
Excentricidades como Sound of the sea, están a la orden del día, una creación a base de comida marina que se acompaña con arena traída de Los Roques y hasta viene con el sonido de unas olas rompiendo contra la orilla del mar, gracias a un ipod que llega a la mesa en una concha marina. El helado de tocineta, o el sorbete bañado con whisky que se flamea sin derretirse, son parte de las transubstanciaciones que logra el alquimista. Con sus papilas y curiosidad abiertas, vendrá a Venezuela, para comérsela, durante la ponencia que tendrá como invitado al Salón Internacional de Gastronomía, a realizarse del 5 al 8 de noviembre en el CIEC de la Universidad Metropolitana. Con chasquear los dedos se hará la magia en la ponencia prevista para el jueves 5 de noviembre, en el Salón Gran Cocina. Las entradas están ya a la venta desde la página web www.sig2009.com
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