viernes, 15 de agosto de 2008

Pascal Henry: el gastrónomo fugitivo suizo


Pascal Henry es un ciudadano suizo de 46 años de edad y mensajero de oficio. Ese solo cuadro ya resulta bastante tedioso. Siendo un hombre con una situación económica no muy holgada, decidió un día darle sazón a su vida, por lo cual tomó la última edición de la famosa Guía Michelin roja e hizo un mapa astral de los 68 restaurantes que fueron catalogados este año con la máxima graduación de calidad, los llamados "tres estrellas Michelin".

Su plan era visitar uno a uno y verificar si los jueces de la Michelin estaban en lo cierto, para lo cual salió de Ginebra y, muy cerca, en la ciudad francesa de Lyon, se reunió con el veterano chef Paul Bocuse para que le echara una mano en la difícil tarea de conseguir reservas en tales establecimientos. A Bocuse le conmovió la "odisea gourmet" del suizo y lo apadrinó para conseguir las mesas, mandando facsímiles a sus pares para que le abrieran las puertas a Henry.

Luego de degustar las exquisiteces de 40 restaurantes en Europa, y faltándole conocer aun los templos del País Vasco, Japón y Estados Unidos, Pascal Henry desapareció después de degustar los bocados moleculares de Ferran Adriá en el restaurant "El Bulli" (Gerona, Cataluña). Su afán por irse del lugar fue tal que se marchó sin pagar la cuenta, excusándose antes de salir diciendo que tenía que buscar sus tarjetas de presentación al carro.

Al salir de El Bulli dejó sobre su mesa un sombrero y el cuaderno donde hizo sus notas sobre los restaurantes visitados para luego plasmarlas en un libro. Los Mossos d'Esquadra de la localidad catalana buscaron al suizo hasta debajo de las piedras sin encontrar rastro de él. Todas las especulaciones posibles empezaron a tejerse en torno a esta curiosa historia, hasta que un portavoz de la Interpol-Suiza declaró, sin dar mayor lujo de detalles, que Henry había aparecido en Ginebra el 5 de agosto.

El Bulli no levantó cargos en su contra, pero el anécdota ha recorrido periódicos, blogs y noticieros de todo el mundo, pues la historia del gastrónomo fugitivo suizo resulta una de las curiosidades más geniales de los últimos tiempos.

Lo que estamos seguros es que su hazaña le cambió la aburrida vida que debió tener Pascal, y ahora sólo le queda escribirla para que nos cuente por qué no prosiguió su gira, o es que Adriá le patrocinó el periplo para que lo terminara al llegar al Paraiso...

Juan Pablo Sucre

1 comentario:

Anónimo dijo...

necesidad de comprobar:)